miércoles, 14 de abril de 2010

Los contaminantes orgánicos amenazan el desarrollo cerebral - DiarioMedico.com


Vicente Felipo Vicente Felipo, director del Laboratorio de Neurobiología del CIPF. (Enrique Mezquita)

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ESPAÑA
afecta durante la gestación
Los contaminantes orgánicos amenazan el desarrollo cerebral
Según diversos estudios, la exposición a ciertos niveles de contaminantes orgánicos se ha asociado a problemas neuropsicológicos en niños en la atención, capacidad visuoespacial, función motora, lenguaje y memoria. Vicente Felipo, del CIPF, lo ha explicado a Diario Médico.


Enrique Mezquita. Valencia - Miércoles, 14 de Abril de 2010 - Actualizado a las 00:00h.

llaves conceptuales:
1. Los primeros problemas con el metilmercurio o los PCB se vieron en áreas donde viven de la pesca
2. Se requieren estudios detallados para poder distinguir esta causa de retraso respecto de otras

El cerebro de los niños es especialmente vulnerable a la acción de los contaminantes durante la gestación, la lactancia y las edades más tempranas, periodos donde se produce precisamente la parte principal del desarrollo cerebral. Por ello, los especialistas reunidos en un simposio internacional sobre alteraciones de la función cerebral inducidas por contaminantes de los alimentos y del agua, celebrado en el Museo Príncipe Felipe, de Valencia, han puesto de manifiesto que la acumulación de sustancias químicas en el medio ambiente y su introducción en la cadena alimentaria suponen una seria amenaza para el desarrollo cerebral infantil y su evolución cognitiva y motora.

Los expertos han hecho hincapié en el peligro que suponen contaminantes orgánicos persistentes como el metilmercurio y los bifenilos policlorados (PCB), muy resistentes a la degradación; a modo de ejemplo, aunque la fabricación de PCB se prohibió hace más de dos décadas, siguen existiendo millones de toneladas en el medio ambiente. Según diversos estudios, la exposición a ciertos niveles de estos contaminantes se ha asociado con problemas neuropsicológicos en niños en los campos de la atención, la capacidad visuoespacial, la función motora, el lenguaje y la memoria.

Vicente Felipo, director del Laboratorio de Neurobiología del Centro de Investigación Príncipe Felipe, de Valencia (CIPF), y de la Cátedra Santiago Grisolía, organizadora del encuentro, ha destacado que "hemos avanzado mucho en los efectos que producen estos contaminantes en el desarrollo cerebral y cuáles son sus mecanismos de acción, pero aún debemos seguir investigando para definir mejor cuáles son los límites tolerables y a partir de qué punto pueden producir deterioro cognitivo o motor. Lo que sí está claro es que, a medida que avanzamos en nuestras investigaciones, los niveles máximos que marcan las agencias reguladoras, como la Autoridad Europea sobre Seguridad Alimentaria (EFSA, según sus siglas inglesas), se han ido rebajando y, por ejemplo, el nivel de metilmercurio considerado como límite tolerable es diez veces inferior que hace treinta años".

Los primeros problemas con el metilmercurio o los PCB y su relación con el desarrollo infantil "se apreciaron en áreas donde la gente vive fundamentalmente de la pesca y ésta está contaminada, como ocurre en las islas Seychelles o las Feroe y en algunos lagos de Canadá y Estados Unidos. Además, los primeros episodios graves se dieron en zonas que sufrieron accidentes con emisiones masivas". Sin embargo, "lo más preocupante es que las contaminaciones de este estilo, aunque son más notables donde las corrientes marinas acumulan estos productos, pueden ocurrir en cualquier otro sitio".

En esta línea, "el simposio ha puesto de manifiesto que los niveles de metilmercurio que hay en zonas de España, Estados Unidos y otros países desarrollados son más altos de los que se consideran tolerables". Por ejemplo, "aunque los datos de exposición en nuestro país no son muy abundantes, estudios de la Red INMA (Infancia y Medio Ambiente) han revelado que el 64 por ciento de los niños españoles están expuestos a niveles más altos de los recomendables. Y en Estados Unidos se estima que cada año unos 300.000 recién nacidos tienen riesgo de padecer algún grado de deterioro cognitivo debido a esta contaminación".

En España
Felipo ha remarcado que "los niveles de PCB también son relativamente elevados en nuestro país". Además, ha hecho hincapié en que, "como estos contaminantes no provocan que los niños enfermen, sino que hacen que su cerebro se desarrolle más lentamente, en conjunto se trata de un aspecto difícil de evaluar de forma superficial. Por tanto, se requieren estudios bastante detallados para poder distinguir esta causa de retraso respecto a otras opciones".

Por último, ha recordado que, "aunque se ha estudiado la neurotoxicidad de una serie de compuestos químicos -y cuando uno ha resultado tóxico se ha prohibido su uso-, se utilizan más de 100.000 y la mayoría de ellos aún no se han evaluado convenientemente".

RIESGOS POR SEXO Y TRABAJO
Al margen de los contaminantes del agua o los alimentos, Vicente Felipo ha recalcado que "los investigadores también estamos comprobando que la exposición de los adultos a determinadas sustancias durante su vida laboral -insecticidas, productos químicos, etc.- está provocando el aumento de la incidencia de enfermedades como el Parkinson". Además, ha señalado que "otros estudios demuestran que la incidencia de algunas de estas sustancias es diferente en función del género: por ejemplo, los PCB presentan mayor efecto en mujeres que en hombres". La disminución de la cantidad y la calidad del esperma de los varones occidentales a partir de la Segunda Guerra Mundial es otra muestra del efecto de los contaminantes.

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