lunes, 16 de julio de 2012

Hallazgo inesperado en chicos collas - 16.07.2012 - lanacion.com  

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Salud

Lunes 16 de julio de 2012 | Publicado en edición impresa
Salud / Primer estudio en Salta y Buenos Aires

Hallazgo inesperado en chicos collas

Un equipo detectó que sus factores de riesgo cardiovascular superan a los de la población infantil urbana
Por Fabiola Czubaj  | LA NACION
 
 
Si un chico de Buenos Aires tuviera el colesterol "bueno" tan bajo y los niveles de grasas en sangre tan altos como los chicos collas de una pequeña ciudad salteña, un pediatra les recomendaría a los padres que su hijo cumpliera a pie juntillas una batería de acciones para disminuir el riesgo cardiovascular, como reducir las frituras o hacer más ejercicio y pasar menos tiempo frente a cualquier tipo de pantalla.

Sin embargo, a 1650 kilómetros de distancia, los chicos de San Antonio de los Cobres crecen con un estilo de vida más saludable que sus pares de Buenos Aires. Y lo hacen, sorpresivamente, con resultados de laboratorio que no coinciden con los valores de corte que se aplican en los consultorios pediátricos.

Es que este primer relevamiento local para comparar la prevalencia de los factores de riesgo cardiovascular en los chicos de una población aborigen y otra urbana detectó diferencias inesperadas en los niveles de colesterol HDL o "bueno" y los triglicéridos, que indican dislipemia. Esta alteración metabólica de los lípidos en la sangre más la hipertensión y la obesidad predicen la aparición temprana de la enfermedad cardiovascular.

En el estudio, los chicos collas tenían casi 17 veces más riesgo de tener altos los triglicéridos (grasas dañinas en la sangre) y 11 veces más de tener el colesterol "bueno" (HDL) bajo que los chicos bonaerenses, que de por sí ya tienen altos los triglicéridos y bajo el colesterol HDL por la calidad de la alimentación y el sedentarismo. De hecho, tienen cuatro veces más sobrepeso y obesidad que sus pares salteños de 9 o 10 años.
"Cuando los chicos de Buenos Aires tienen los triglicéridos elevados, su circunferencia de cintura y el índice de masa corporal también son altos. Si bien esta asociación también existe en San Antonio de los Cobres, la prevalencia de la obesidad allí es mucho menor. Aun así, observamos que los chicos con peso normal tienen una prevalencia de dislipemia entre 7 y 10 veces mayor que los de Buenos Aires, aun siendo delgados y muy activos", explicó a La Nacion la doctora Valeria Hirschler, autora principal del estudio publicado en The Journal of Pediatrics y que acaba de presentar en las reuniones anuales de la Academia Estadounidense de Pediatría y la Asociación Estadunidense de Diabetes.

El trabajo es el primero del Grupo de Estudio San Antonio de los Cobres, formado también por el bioquímico Gustavo Maccallini y los doctores Claudio Aranda y Claudia Molinari, de la UBA. Colaboraron la gerente del Hospital Zonal San Antonio de los Cobres, Graciela Colque, e integrantes del Centro Mater Salta, Dolores González Biancardi y Marcelo Figueroa.

"Habitualmente, la dislipemia está asociada con la obesidad. Lo sorprendente es haberla detectado en estos chicos, que no eran obesos y hasta tenían desnutrición. Esto nos dejó muy sorprendidos", comentó Maccallini, integrante del grupo y encargado de extraerles a los chicos las muestras de sangre.

Esas muestras mostraron también que los chicos tenían una gran deficiencia de vitamina D, que es clave para la salud ósea. "Quizá por eso me llamaba la atención que tuvieran más fracturas que otros chicos", comentó Colque a La Nacion por vía telefónica desde el hospital que aportó la ayuda logística y operativa al estudio.
"Obviamente, como tenemos inviernos muy largos, con 5 o 15 grados bajo cero, hay que cubrir prácticamente todo el cuerpo y se reduce la exposición a los rayos del sol, que es tan importante para que el organismo produzca vitamina D. Con estos resultados, tenemos que reforzar el aporte de la vitamina y realizarles a los chicos un seguimiento óseo", agregó Colque.

Diferencias inesperadas

La causa de estas diferencias se desconoce, pero podría ser desde una predisposición genética hasta una adaptación al ambiente. "Pensamos que la dislipemia se debía a la altura, pero no fue así porque cuando tomamos en cuenta la hemoglobina, que podría ser un parámetro asociado con la altura [a menor oxígeno, mayor cantidad de glóbulos rojos, cuya proteína es la hemoglobina], no obtuvimos un resultado significativo -comentó Hirschler-. Entonces, vimos que tenían otros factores de riesgo que ni nos imaginábamos encontrar porque nunca habíamos estudiado a las poblaciones autóctonas."

Y Maccallini coincidió: "Pensábamos que un estilo de vida distinto al de la ciudad nos iba a dar otros resultados. La idea es avanzar porque es un trabajo interesante para estudiar la proyección (de los resultados) en los adultos".

El equipo no cuenta con información sobre los infartos cardíacos y cerebrales de los adultos que viven en San Antonio de los Cobres. Pero, por ahora, se arriesga a plantear que lo que para las escalas y las curvas que usan en el consultorio sería anormal en estos chicos de la región montañosa de Salta no lo sería.

"Habría que hacer otro estudio y saber qué sucede con esta población -dijo la especialista-. Saber, por ejemplo, qué les pasó a los collas que se fueron a vivir a alguna de las principales ciudades del país. Responder si los puntos de corte que usamos para los individuos caucásicos son los mismos para esta población o si habría que bajarle los niveles de lípidos. Esto aún no lo sabemos. Y con los resultados realmente quedamos impresionados. Repetimos los análisis y llegamos a los mismos resultados."

En el laboratorio

Además de encontrarse con un 10% de desnutrición en los chicos collas (para los investigadores, esto no parecía influir en la dislipemia detectada), el equipo halló varias diferencias al comparar los resultados de los análisis de laboratorio y los controles antropométricos de los 330 chicos de los 500 que viven en San Antonio de los Cobres y los 603 chicos bonaerenses estudiados.

En promedio, los chicos salteños tenían 116 mg/dL de triglicéridos, mientras que los bonaerenses tenían 68 mg/dL (es anormal un valor superior a 150 mg/dL). El resultado de colesterol "bueno" era de 51 mg/dL en los chicos bonaerenses y de 39 mg/dL en los collas, es decir cuatro puntos apenas por encima del valor considerado anormal (35 mg/dL).

"Es realmente muy bajo -dijo Hirschler-. Esto nos dice que son muy grandes las diferencias en los valores de riesgo. A lo mejor tienen una mayor predisposición a tener complicaciones o se trate simplemente de una adaptación. Es un primer paso para conocer a estos chicos. En otras poblaciones autóctonas del mundo ya se había registrado una alta prevalencia de la dislipemia, pero aquí es la primera vez."

Y Colque concluyó: "Es un estudio interesante para nuestra población, ya que aquí (por San Antonio de los Cobres) no se hace un seguimiento de la salud de nuestros chicos porque estamos en una zona bastante alejada de la ciudad de Salta. Así que bienvenidos estos resultados".

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