la proteína 'VGLUT3' es necesaria en el oído
La terapia génica resuelve la sordera en un modelo murino
Por primera vez un modelo de sordera congénito, de base genética, ha podido resolverse en el laboratorio. Mediante terapia génica, un grupo de investigadores de la UCSF publican en Neuron que han revertido la pérdida auditiva tanto en ratones neonatos como en adultos.
Redacción | 26/07/2012 00:00
Una tipo de sordera congénita causada por una mutación en el gen que codifica la proteína de transporte vesicular de glutamato 3 (VGLUT3, en su siglas en inglés) ha sido objeto de un estudio experimental en modelo murino que ha demostrado el éxito de la terapia génica. La proteína VGLUT3 es necesaria en el oído interno para procesar la señal auditiva. En esta región del oído, el glutamato actúa como un neurotransmisor para que las células ciliadas comuniquen las señales al nervio auditivo, un proceso que se ve alterado por la mutación genética.
Un grupo de investigadores de la Universidad de California en San Francisco (UCSF) ha introducido en un modelo de ratón de la sordera el gen VGLUT3 sin la mutación utilizando un adenovirus como vector.
Este mismo equipo de investigadores había demostrado en trabajos previos que las células ciliadas de la cóclea expresan VGLUT3 y que los ratones que carecen de esa proteína nacían sordos. De ahí que emplearan un modelo transgénico carente del gen.
Dos semanas después de la terapia génica todos los ratones recuperaron la función auditiva. La mejoría se mantuvo entre siete semanas y un año y medio, cuando los ratones tratados eran adultos, y al menos nueve meses si los animales eran neonatos en el momento de recibir la terapia.
Lawrence R. Lustig, del Departamento de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello en la UCSF, que ha coordinado el trabajo, afirma que "por primera vez una sordera hereditaria, genética, se ha tratado con éxito en un modelo experimental. Esto representa un gran avance en el tratamiento de la sordera humana".
Eficaz y seguro
La terapia génica no dañó el oído interno; en cambio, sí corrigió algunas alteraciones estructurales en las células ciliadas. Puesto que el experimento demuestra la seguridad y eficacia de esta estrategia en los animales, los autores confían en que se diseñen ensayos clínicos. "Durante años se ha planteado la posibilidad de que la terapia génica fuera una solución curativa para la sordera. En este estudio se documenta un gran paso hacia ese objetivo", destaca Lustig.
De hecho, hay trabajos publicados que demuestran que determinada mutación en el gen humano SLC17A8, que codifica la proteína VGLUT3, subyace a ciertas formas de sordera autosómica dominante, denominada DFNA25.
La pérdida auditiva es una de las discapacidades funcionales más frecuentes; la sordera congénita aparece en 1,5 casos de mil nacidos, aproximadamente. De esos, la mitad se puede atribuir a una causa genética, en cuyo entendimiento se ha avanzado mucho en las últimas décadas, no así en la consecución de tratamientos, prácticamente reducidos al implante coclear.
(Neuron DOI: 10.1016/ j.neuron.2012.05.019).
Un grupo de investigadores de la Universidad de California en San Francisco (UCSF) ha introducido en un modelo de ratón de la sordera el gen VGLUT3 sin la mutación utilizando un adenovirus como vector.
Este mismo equipo de investigadores había demostrado en trabajos previos que las células ciliadas de la cóclea expresan VGLUT3 y que los ratones que carecen de esa proteína nacían sordos. De ahí que emplearan un modelo transgénico carente del gen.
Dos semanas después de la terapia génica todos los ratones recuperaron la función auditiva. La mejoría se mantuvo entre siete semanas y un año y medio, cuando los ratones tratados eran adultos, y al menos nueve meses si los animales eran neonatos en el momento de recibir la terapia.
Lawrence R. Lustig, del Departamento de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello en la UCSF, que ha coordinado el trabajo, afirma que "por primera vez una sordera hereditaria, genética, se ha tratado con éxito en un modelo experimental. Esto representa un gran avance en el tratamiento de la sordera humana".
Eficaz y seguro
La terapia génica no dañó el oído interno; en cambio, sí corrigió algunas alteraciones estructurales en las células ciliadas. Puesto que el experimento demuestra la seguridad y eficacia de esta estrategia en los animales, los autores confían en que se diseñen ensayos clínicos. "Durante años se ha planteado la posibilidad de que la terapia génica fuera una solución curativa para la sordera. En este estudio se documenta un gran paso hacia ese objetivo", destaca Lustig.
De hecho, hay trabajos publicados que demuestran que determinada mutación en el gen humano SLC17A8, que codifica la proteína VGLUT3, subyace a ciertas formas de sordera autosómica dominante, denominada DFNA25.
La pérdida auditiva es una de las discapacidades funcionales más frecuentes; la sordera congénita aparece en 1,5 casos de mil nacidos, aproximadamente. De esos, la mitad se puede atribuir a una causa genética, en cuyo entendimiento se ha avanzado mucho en las últimas décadas, no así en la consecución de tratamientos, prácticamente reducidos al implante coclear.
(Neuron DOI: 10.1016/ j.neuron.2012.05.019).
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