Los cambios de hábitos en el verano disparan los ataques de migraña

Los cambios de hábitos en el verano disparan los ataques de migraña

• Disciplina en los horarios de sueño y comidas, prudencia en el consumo de alcohol y café y reducción de la exposición excesiva al sol, medidas de prevención
  
  
  
  
  Barcelona, XXX- El dolor de cabeza o cefalea intenso puede dificultar mucho la vida a las personas, disminuye su rendimiento laboral, sus relaciones sociales…en definitiva, impide llevar una vida normal. Una de las cefaleas más graves que existen es la migraña, una enfermedad que consiste en dolores de cabeza intensos que suelen ir acompañados de nauseas y vómitos. Una opinión muy extendida entre lo pacientes con cefalea, migrañosos o no, es que los dolores de cabeza se agudizan en verano con el calor. Según apunta el Dr. Robert Belvís, Coordinador de la Unidad de Cefaleas de USP Dexeus: “Hasta un 70% de los pacientes migrañosos y un 35% de los pacientes con cefalea tensional afirman en las encuestas que el tiempo influye en sus migrañas. Sin embargo, los múltiples estudios realizados desde los años 70 aún no han confirmado científicamente esta opinión tan generalizada entre los pacientes”.
  
  
  
  
  El verano es una época en la que se aflojan tensiones, se cambian los hábitos (comidas, alguna actividad deportiva, alteraciones en los horarios de sueño), hay un descenso de la actividad habitual (no hay rutina laboral, no hay que llevar los niños al colegio), pero ¿estos cambios también pueden influir? “Ciertamente, el periodo estival, aunque relaje el estrés, suele desorganizar la disciplina de sueño y comidas del resto del año, cuantitativa y cualitativamente, pudiendo aportar nuevos precipitantes de ataques de migraña. Un gran porcentaje de pacientes migrañosos no tiene un único precipitante de sus crisis de migraña, si no varios, que suele actuar al unísono. La lista de precipitantes propuestos es extensa, pero los más frecuentes, sin duda, son: el estrés, los trastornos del sueño, los trastornos de la menstruación, el ayuno y factores dietéticos (sobre todo alcohol, café y otros excitantes). Por lo general, el paciente migrañoso conoce sus propios precipitantes de ataques de migraña por ensayo-error durante su vida y aprende a eludirlos o mitigarlos, incluso en verano” explica el Dr. Belvís.
  
  
  ¿Existen diferencias de cómo influye el calor en la migraña, dependiendo del ámbito: mar o montaña? “La disminución relativa de la concentración de oxígeno en grandes alturas suele ocasionar una cefalea que forma parte del llamado “mal de altura” y que puede semejar una migraña” apunta el Dr. Belvís. . “Los escaladores lo saben bien. Un ascenso lento adaptará el organismo a las nuevas concentraciones de oxígeno y eludirá esta cefalea. La migraña sólo la padecen los pacientes migrañosos mientras que la cefalea de altura la puede sufrir cualquier persona. De hecho, los ciudadanos de países “altos” como Perú muestran índices semejantes de migraña a los países occidentales pero muestran índices más altos de cefaleas no migrañosas. Por lo tanto, se recomienda a cualquier persona, migrañosa o no, realizar una ascensión lenta cuando se superan los 3000 metros de altitud sobre el nivel del mar.
  
  
  
  
  ¿Qué precauciones debe tomar una persona con tendencia a la migraña durante el verano? En verano los pacientes pueden someterse a otros precipitantes probablemente más importantes que el propio calor. En el periodo estival se pueden producir situaciones proclives a la migraña que deben evitarse como trasnochar, consumir alcohol, cambios en la dieta, exceso de actividades vacacionales… ¿Se combate igual que en otra época del año o existe alguna diferencia? El mejor tratamiento en la migraña, como en cualquier otra enfermedad es la prevención, evitar todo aquello que un paciente reconoce como precipitante de sus ataques de migraña. Respecto al tratamiento de los ataques en sí, los medicamentos empleados son los mismos en cualquier época del año.
  
  
  Para paliar la migraña en el verano, deberíamos mantener una disciplina en los horarios de sueño y comidas manteniendo dietas semejantes a las del resto del año, prudencia con el consumo de alcohol, café y bebidas comerciales con excitantes. Asimismo, se recomienda reducir la exposición excesiva al sol.
  
  
  Laura Muñoz González
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